Domingo de lluvia

Creo que me excedí en las confesiones. No puedo volver atrás ¿Cómo pude permitir que supieras tanto? Supongo que estarás contenta ahora. Lograste hacerme sentir lo que hacía años no sentía. A ver, dime ahora... ¿Cómo se siente que te quieran tanto? ¿Ser tan importante para alguien? ¿Que no quieran tenerte lejos? ¿Que te necesiten para alegrar los días y ocupar las noches? Saberte necesaria para la felicidad, la tranquilidad, la vida de otra persona (por no decir de más de una)... ¿Cómo se convive con eso?

Yo, HOY, me siento mal por amarte tanto... Pero solo por no poder evitar esperar lo que sé que no llegará nunca, y aún siendo consciente de eso, completamente incapaz de hacer algo para cambiarlo. Es que siento que te mereces todo lo que yo pueda darte y más aún. De hecho, todo lo (poco) que tengo te lo dí. Y lo sigo dando haciendo cosas como estas... Soy yo la parte que no cierra en esta historia, pero sólo en días como estos. Domingo de lluvia en el que me siento tan solo, tan lejos... Sé que estás bien, que eres feliz, y eso me alivia, me calma, me hace bien... Pero me pregunto cuánto tiempo puedo amarte sin recibir nada a cambio. Sí, lo sé, podría vivir así el resto de mi vida. Y al saber eso, ansío más que nadie que aparezca alguien que me enseñe lo único que tú no puedes enseñarme: que el amor concreto, real, es posible que sea mutuo. Que se puede esperar a alguien que va a llegar. Que se puede equilibrar lo que se da con lo que se recibe.

Hoy, como dije, domingo de lluvia, me siento algo solo. Y mañana todo volverá a ser como siempre. Porque me haces tan bien, tan bien... La parte de los daños corre por mi cuenta (sé hacerlo mejor que nadie).